Una cinta de plata uniendo la ruta 205 y la Estancia Pereda, a cuyos lados se fue formando bajo buenas normas de convivencia un pueblo que se llama Máximo Paz. Hermosa, pequeña y muy antigua, una parroquia: San Eduardo. Allí ubicamos a la señora Fuencisla Larreta de Cuadrat, una familia referente de la Unión Cívica Radical, militante desde sus dieciocho años. |
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Nacida en Cañuelas, su papá Don José Maria Larreta Mozotegui supo trabajar en el Concejo Escolar, correligionario de Don San Juan, Don Vicente, Guillermo y Eduardo Berrueta, Don Michellón, Sr. Alberto Dantiaq, Juan Carlos Carabel y señora, Pedro Opizzi, Guidobono. Las señoritas Farison, Clorinda, Amanda. El Sr. Raul Raggio, Alem y Narvaja, Sr. Tomas Fantino, Sr. Coco Rizzi, Sr. Juan Salé, Domingo Gorostidi, Don Pedro Landa, entre otros. Don Sánchez de Vicente Casares, Sr. Caviglia de Petión y su tío, Niceto, concejal.
Es bueno recalcar un detalle: nunca hubo en la familia un cargo rentado.
Y como nada es casual, esta señora se casó con Don Joaquín Cuadrat, caudillo de Máximo Paz.
Hombre pacífico, solía realizar reuniones (asado mediante) para todos los que se quisieran acercar. Totalmente gratuito, con invitados de lujo. La comida la pagaban “los Cuadrat”.
Los hombres tenían ideales, los proclamaban, los defendían, luchaban por ellos… las mujeres también. Desde su sencillo lugar, por supuesto, porque era otra época, no todas podían subirse a un palco y gritar las verdades, como sí lo hicieron Alicia Moreau de Justo y Eva Perón.
Muchas, desde el apoyo a los hombres de la familia: padres, hermanos y esposos (hijos después) apuntalaban las reuniones, preparaban las comidas, ayudaban, trabajaban en las campañas políticas desde donde se les permitiera, luchando por esos ideales.
Nos recuerda Fuencisla que de la casa de su señor padre (dueño de las chacras de Larreta, donde hoy se asentó el Barrio Los Aromos y aledaños) salían a manifestarse “De a caballo” y llevaban dos grandes cajones llenos de boinas blancas para repartir a uno y otro lado.
A veces, por la historia misma de nuestro país, trabajar en los ideales era ser un perseguido, y entonces las reuniones eran clandestinas.
Algunas de las señoras radicales fueron Mercedes Deliendo, Ofelia Argía, Lila Etcheverry, Blanca, Carmela y “la Negra” Menconi. También María, la Sra. Mercedes Labourdette, esposa de Jaime Cuadrat. La Sra. Chicha Moschini, y su hermana, Lila. Analía Darburo y su hermana, la Sra. Trouillet, Mimí Betelu de Beherens, Manuel Castro, suegra de Don Tomasauco Godoy, Sarita Tomeo, esposa de Mirco, Georgina Beherens, y nos quedan tantas sin nombrar….
Marita Cuadrat, hija de Fuencisla recuerda con mucho orgullo al Dr. Balbín y al Dr. Pugiese visitando su casa. Marita tuvo a su hijo en el año 1983, por lo que dedicó los primeros años del retorno democrático a cuidarlo, no pudiendo participar tan activamente las reuniones.
Su hermana Silvia fue la primera mujer secretaria en la Juventud Radical. Actualmente vicedirectora en el jardín La Hormiguita Viajera, del Complejo educativo Padre Nata, termina de recibirse de Licenciada en Calidad de Gestión de la Educación en la Universidad del Salvador, demostrando una vez más que se puede, desde el esfuerzo y la vocación, estudiar y terminar una carrera aún cuando no se tengan veinte años.
Con la fuerza que impulsa los ideales hacia una mejor calidad de vida para la comunidad, estas mujeres se proyectaban hacia la política desde su lugar de madres, esposas, hijas.
A veces recorriendo las calles con propuestas, a veces desde la intimidad de su hogar, desde las instituciones o silenciosamente en la casa radical. Gran cantidad de empanadas se preparaban en este lugar, colaborando con la Sra. Totó de Don Pelo Puchetta, con sus hijas Graciela y Susana, para las reuniones, y en los días de elecciones preparando viandas para los fiscales que trabajaban en las mesas.
Volviendo a nuestra querida Fuencisla, debemos recordar su trabajo al frente de la Parroquia San Eduardo (que aún continúa) y que algunas veces, cuando no tuvo sacerdote igual se anotaba a los habitantes para bautismos, comuniones, casamientos… preparando la parroquia para que cuando llegara el sacerdote desde Cañuelas, tuviera todo listo. Monseñor Antonio Gatti se la había encomendado.
Anita Pfannkuche
María Emilia Floriani
María Emilia Floriani
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